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¿Sabías que este mes de febrero trae 29 días? Te explicamos por qué

Este 2024 es un año bisiesto, es decir que, en vez de tener 365 días, tiene 366. Al segundo mes del año se le agrega una jornada más y por eso tendremos un 29 de febrero.

El origen de los años bisiestos se remonta hasta hace más de dos mil años. Lo cierto es que el calendario cívico más usado hoy en día, el gregoriano, es sólo uno de tantos sistemas que la humanidad ha ideado para llevar una cronología e intentar sincronizar la medida del tiempo.

Hay calendarios lunares, lunisolares —como el utilizado para calcular el Año Nuevo chino—, religiosos y agrícolas. A veces se recurre a los movimientos de los astros, otras a los fenómenos que dan paso a cada estación: los equinoccios y los solsticios.

¿Por qué existen los años bisiestos?

Actualmente se considera que un año dura 365 días, ha sido la estimación más cercana al movimiento de traslación de la Tierra. En otras palabras, al tiempo que le lleva a nuestro planeta completar una vuelta alrededor del sol.

Sin embargo, la medida no es exacta. El año solar o año trópico dura 365 días, 5 horas y 48 minutos. En términos muy simples, si se ignorara esta diferencia temporal de casi seis horas, con el tiempo, se produciría un desfasaje entre el calendario y el comienzo de las estaciones. Por eso, al sumar las casi seis horas anuales cada cuatro años tendremos 24 horas, un día de más, que optó por incorporarse como el último día de febrero.

Este sistema asegura que el segundo mes del año reciba un día adicional con el objetivo de mantener una correcta sincronización. Cabe destacar que 2016 y 2020 fueron años bisiestos, así como lo serán el 2028, 2032 y sucesivamente.

Este cálculo tampoco es infalible, medir el tiempo nunca fue una labor sencilla. Sin embargo, diferentes civilizaciones se lanzaron a la tarea como una parte central de su subsistencia, así como idearon los horóscopos y las predicciones. Calcular los cambios estacionales también se traducía en una forma de predecir y manejar los momentos de siembra, germinación y cosecha.

Fuente: Clarín