Nora Bacino vivió en carne propia la inundación más grande de Paso de los Toros y que quedará en la historia del país. Fue con tan solo 21 años. Estaba casada y criaba a sus tres hijos.

“Mi marido decía que no iba a pasar nada”, pero “recuerdo que los anuncios de Radio Carve, nos alarmaban y generaban mucha preocupación y angustia”. Contó que ese día “llegó mi tío de Paysandú a buscar a mi abuela y nos sacó de casa, era cerca de las 9 de la noche, y en la calle había gente con carretillas cargando colchones y sacando ropa”.

Bacino recordó que el tío los llevó a la estación de tren y se subieron a un vagón sin asientos y se bajaron en Estación Francia. “El jefe de la estación era de apellido Acosta. Toda la familia de él vivía ahí. Nos arreglaron unas piezas con unos catres para los niños, nosotros en sillas. También nos trajeron galletas y leche caliente”, detalló.

Dijo que en aquella estación pasaron algo más de un mes, aunque ella hubiera preferido estar más tiempo. “Cuando volvimos miraba la ciudad aterrada, estaba todo desolado, fue muy triste”, destacó y agregó: “Se notaba los desastres de la inundación, se veía todo muy feo”.