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La historia de la carísima amatista artiguense cuyos descubridores se resisten a vender

Pese a que coleccionistas privados y un museo han ofrecido más de cien mil dólares por ella, la empresa no quiere que termine guardada entre paredes. «Lo vemos en cierta forma como un mensaje», dijo Marcos Lorenzelli, director de Uruguay Minerals.

A fines de 2020, los operarios de la empresa Uruguay Minerals se encontraron con algo inesperado en la mina de Santa Rosa, en la región de El Catalán en Artigas. El trabajo en esa zona es particularmente arduo, ya que implica hacer pequeñas detonaciones en el basalto -roca conocida por su densidad y dureza – y remover con máquinas retroexcavadoras con el objetivo de descubrir los tesoros que a menudo guardan en su interior.

«Va a tener que salir algo lindo de acá, con todo el trabajo que estamos teniendo», le comentó un operario a otro. Cuando uno trabaja con geodas, esa posibilidad siempre está latente, pero en este caso las palabras del funcionario resultaron especialmente proféticas. Las geodas son cavidades rocosas cerradas que suelen estar tapizadas de cristales y minerales; son burbujas formadas en lavas volcánicas hace millones de años (en las formaciones de El Catalán, para ser precisos, 140 millones).

Minerals Uruguay se especializa en amatistas, una variedad del cuarzo caracterizada por el color violeta (cuya intensidad se lo da la cantidad de hierro que tenga). En este caso, sus operarios partieron una geoda que se abrió perfectamente a la mitad y reveló una amatista con forma perfecta de corazón (o con la forma perfecta con la que se suele dibujar el corazón).

Esta particularidad, producida por algo tan caprichoso como su forma, hizo que esta amatista se convirtiera en una sensación mundial y recibiera ofertas de compra muy superiores a las usuales.

«Nos sorprendió. Hace años que trabajamos y nos llamo la atención a todos: es lo más extraño que hemos encontrado», dijo a Montevideo Portal Marcos Lorenzelli, director de Uruguay Minerals. Y lo dice pese a tener amatistas de siete metros de altura, por las que recibe grandes ofertas.

Lorenzelli aclaró que se encuentran a menudo formaciones muy interesantes y piedras muy grandes, por las que se paga mucha plata, pero que esta «es una rareza, un nuevo tesoro que no tiene referencia alguna para establecer un precio».

Curiosamente, esa misma forma de la amatista que aumentó su valor está empujando a la empresa a no venderla. «Tiene mucho simbolismo, una energía especial que sentimos inmediatamente y nos movió a no venderla, esa es la verdad», dijo el empresario. «Vino en un momento en que el mundo está complicado y lo vemos en cierta forma como un mensaje», reflexionó Lorenzelli.

Recibió la oferta de un mayorista que quería comprarla para revenderla, pero Lorenzelli fue firme en que no quiere dejarla en manos de un coleccionista privado, que la guarde en cuatro paredes.

En los últimos días, sin embargo, recibió otro tanteo que los llevó a reconsiderar la decisión. Un museo de Estados Unidos, de próxima apertura, les ofreció bastante más de 100.000 dólares por la geoda. «En este caso, como es un museo, estamos analizando si aceptar para que al menos pueda ser exhibida», dijo Lorenzelli, que aclaró que «no es una decisión confortable» (ya sea por la pérdida del objeto o la pérdida económica si optan por no venderla).

De no colocarla en el museo estadounidense, la empresa piensa exhibirla en algún lugar de la propia empresa o de la ciudad de Artigas. «Pensamos hacer una estructura, una base donde la geoda permanezca cerrada y la gente pueda abrirla y sorprenderse al encontrarse con la formación», agregó.

Por ahora, sin embargo, la amatista aguarda su destino contra una pared, como puede verse en el siguiente video. La empresa sigue buscando otros tesoros escondidos en sus dos minas, a tal punto de que Lorenzelli no duda en afirmar que no hay otro país que nos supere en calidad de estos minerales: «En Uruguay somos los mejores del mundo en amatistas».

Fuente: Montevideo Portal