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Jerusalema: la melodía con la que baila todo el mundo

La composición sudafricana cantada en zulú es furor en redes y se ha convertido en un suceso global

Ritmos sudafricanos, voz de textura gospel que canta en un idioma exótico, pasos de baile creados en Angola a la hora del almuerzo, y las redes sociales, especialmente TikTok, han dado forma y contenido a un insospechado éxito viral que ha conectado y puesto a bailar al mundo en medio de la incertidumbre. De este modo se habla cuando se habla de Jerusalema, una composición simple y pegadiza, épica y discreta a la vez, que irradia un extraño y contagioso optimismo en tiempos de pandemia.

Jerusalema: el fenómeno viral que, a diferencia de otros de su estirpe (como Macarena, Aserejé o Gangnam Style), supuestamente lleva un mensaje más amoroso y altruista. Jerusalema: el ritmo que hace bailar a religiosos, trabajadores de la construcción, policías, bomberos, auxiliares de vuelo, médicos y personal de la salud de distintas partes del planeta, que a su vez comparten en las redes el hechizo provocado por este hit cantado en zulú.

Génesis.

La historia detrás de la creación de Jerusalema lleva el perfume y los ornamentos que suelen acompañar a las leyendas. O, si se quiere, a las narraciones míticas. Y se expande y se replica prácticamente como si lo fuera. Un resumen posible comenzaría diciendo que en el principio estaba el caos, un orden que aguardaba ser descifrado. Que entonces apareció Master KG, desentrañó el caos y encontró la melodía. Que vio Master KG que la melodía era buena y que esa misma noche llamó a Nomcebo Zikode, cantante sudafricana que hasta no hace mucho trabajaba como corista de otros artistas. Y dijo Master KG que tenía una sucesión de sonidos para ella. Entonces Zikode fue al estudio y escuchó la melodía. Y vio Zikode que la melodía era buena. Y a pedido de Master KG compuso una letra para esa melodía. Y así fue. Y Master KG vio que la letra era buena. Y juntos combinaron sus creaciones, dando origen a una nueva creación. Y juntos vieron que esa nueva creación era buena. Entonces le dieron un nombre. La llamaron Jerusalema.

Algo de todo eso es verdad. Aunque, en realidad, el asunto parece haber sido un poco más pedestre. Un día cualquiera, en Midrand, uno de los municipios de Johannesburgo, el DJ y productor Master KG se dispuso a hacer su trabajo habitual: componer. Pasó buena parte de la tarde experimentando con ritmos y sonidos, dando orden a distintas melodías, hasta que dio con una en particular que le pareció particularmente buena. Tan buena que necesitó probarla con una voz. Esa voz, pensó, podía ser la de Zikode, así que la llamó y la invitó al estudio. Aunque era bastante tarde en la noche, la cantante fue hasta allí. Total, no tenía nada que perder. Lo que no sabía, tal vez, es que tenía mucho que ganar. Zikode escuchó la pista dos o tres veces más, hasta que aparecieron las primeras palabras, en zulú:

Jerusalema ikhaya lami
Ngilondoloze

Que en español significa algo así como:

Jerusalén es mi hogar
Sálvame

Aunque cantar en inglés sería lo más indicado si se buscaba una proyección internacional, Zikode prefirió mantenerse dentro de su lengua madre. Quizás porque ni siquiera pensó en algo como la proyección internacional. «No me estaba enfocando en ser Beyoncé», contó en una entrevista. «Simplemente era yo, cantando lo que sé».

Grabaron de inmediato.

Y terminaron poco después de la medianoche. A la mañana siguiente, camino al gimnasio, Zikode escuchó la grabación en su auto. «Tenía la piel de gallina en todo el cuerpo», recordó en la entrevista. La canción se dio a conocer en noviembre de 2019, primero como single, convirtiéndose en éxito instantáneo en Sudáfrica. El 21 de diciembre se publicó el videoclip, que es extremadamente simple y, en realidad, no tiene mucha gracia. Lo interesante es lo que sucedió después.

La viralización de Jerusalema se dio primero vía YouTube, no por su video sino por una grabación casera hecha por un grupo de amigos en Angola. La melodía parece nacida para una coreografía sencilla. Los ritmos sugieren los pasos. Así lo percibieron estos amigos que armaron una rutina de baile a la hora del almuerzo. En el video comienzan a bailar al alegre ritmo de la canción frente a unas mujeres que primero los observan y luego se unen a la danza. Un detalle: mientras bailan, casi todos sostienen platos con comida u otros elementos de vajilla. El siguiente paso fue la viralización.

El #JerusalemaChallenge. Es el nombre del reto que contribuyó a esa viralización. El carisma, la alegría y la flexibilidad de este grupo de angoleños dio paso a este desafío de baile, reto que se volvió viral en TikTok, donde sobrepasa las 460 millones de visualizaciones. En YouTube, el clip original suma más de 205 millones de visitas. Actualmente la canción tiene más de 35 millones de reproducciones en Spotify.

Fuente: Montevideo Portal/ Revista Galería / Por Juan Andrés Ferreira