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Institut Pasteur investiga proteína como posible blanco terapéutico para tipo de leucemia

Foto: Institut Pasteur

La investigadora Florencia Palacios dijo a Montevideo Portal que en Uruguay “hay entre 120 a 150 nuevos casos por año de Leucemia Linfoide Crónica”

Un proyecto del Institut Pasteur de Montevideo fue seleccionado para recibir 100.000 dólares de un fondo de cooperación que impulsa el laboratorio británico GlaxoSmithKline (GSK) y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y que buscará avanzar en la investigación de la leucemia más frecuente en mayores de 60 años.

El proyecto será desarrollado por el Laboratorio de Investigación en Leucemia Linfoide Crónica (ILLC) del instituto y busca estudiar el desarrollo de nuevas terapias para esta leucemia.

El trabajo estará a cargo de Florencia Palacios, investigadora del Laboratorio de ILLC, que explicó a Montevideo Portal que se enfocará en el estudio del papel que juega una proteína específica, llamada Musashi2, como posible blanco terapéutico para pacientes con esta leucemia.

«Venimos trabajando en leucemia hace muchos años, mi doctorado lo realicé en el Institut Pasteur y luego tuve la suerte de hacer un posdoctorado en el exterior. Este proyecto surge un poco como la continuación de ese proyecto de posdoctorado que arrancó en Estados Unidos», relató Palacios.

«Tratamos de trabajar en nuevas terapias para la Leucemia Linfoide Crónica (LLC), que es la más común en países occidentales. Tiene una incidencia de entre cinco a seis individuos por cada 100.000 habitantes por año, eso implica para Uruguay que hay entre 120 a 150 nuevos casos por año», agregó.

Palacios señaló que «una de las características que tiene esta enfermedad es que tiene un curso clínico bastante variable e impredecible». «Eso quiere decir que no todos los pacientes se comportan de la misma manera, hay grupos de pacientes que se les llaman indolentes, que nunca reciben tratamiento, y otro grupo comienza con una enfermedad indolentes, pero por alguna razón, que hasta el día de hoy desconocemos, progresan y requieren tratamiento. Esa ha sido una de las grandes preguntas que nuestro laboratorio ha tratado de responder, cuáles son los motivos o moléculas involucradas en esa progresión de la enfermedad», comentó.

«Hay tratamientos de quimio e inmunoterapia, y nuevos tratamientos puntuales, dirigidos a proteínas más particulares, han servido para gran parte de los pacientes, pero siguen teniendo aspectos negativos en el sentido que la mayoría de esos pacientes tiene remisiones parciales, no se curan. Los tratamientos son muy largos, eso puede generarles efectos tóxicos y a veces hay que sacarles ese tratamiento, lo que lleva a una recaída del paciente. Por todo eso es que la LLC sigue siendo una enfermedad incurable, a pesar de estos nuevos tratamientos», añadió.

La investigadora señaló que están «pensando en la posibilidad de nuevas terapias para estos pacientes». «Esta enfermedad es de la sangre, donde se acumulan un tipo de células, que se llaman linfocitos B y se acumulan en sangre, ganglios, medula ósea o el bazo. La peculiaridad que tienen es que hay alteraciones genéticas que impiden que estas células se terminen muriendo, entonces se acumulan en el correr del tiempo, ya que es una enfermedad crónica, y eso puede generar los síntomas al paciente. Estos síntomas son cansancio, ganglios inflamados, fiebre, entre otros», explicó.

Palacios contó que «estas células se acumulan y hay una pequeña fracción de células que son capaces de dvidirse en los ganglios y migrar a la sangre». Además, sostuvo que «es importante estudiar estas células que se dividen mucho, porque el aumento de este grupo de células se correlaciona a un mal pronóstico». «Es decir, que si tenemos mucha fracción proliferante a los pacientes les va peor. La otra razón es que hay proteínas mutagénicas que hemos visto que se sintetizan en este grupo de células, que pueden mutar el ADN y eso explicaría una progresión de la enfermedad», aseguró.

Musashi2 como posible blanco terapéutico

Musashi2 se ha visto en altos niveles en otros tipos de cánceres, desde cólon, páncreas, cáncer de cuello de útero, cáncer de mama u ovarios, e incluso otros tipos de leucemia. Palacios explicó que han «visto que esta proteína tiene un rol en la sobrevida del tumor». «Si empezamos a manipular la célula, tratar de bloquear su función o bajarle los niveles de Musashi2 en las células vemos que las mismas se terminan muriendo. Ahí es donde surge que Musashi2 podría ser un posible blanco terapéutico», agregó.

Un proyecto del Institut Pasteur de Montevideo fue seleccionado para recibir 100.000 dólares de un fondo de cooperación que impulsa el laboratorio británico GlaxoSmithKline (GSK) y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y que buscará avanzar en la investigación de la leucemia más frecuente en mayores de 60 años.

El proyecto será desarrollado por el Laboratorio de Investigación en Leucemia Linfoide Crónica (ILLC) del instituto y busca estudiar el desarrollo de nuevas terapias para esta leucemia.

El trabajo estará a cargo de Florencia Palacios, investigadora del Laboratorio de ILLC, que explicó a Montevideo Portal que se enfocará en el estudio del papel que juega una proteína específica, llamada Musashi2, como posible blanco terapéutico para pacientes con esta leucemia.

«Venimos trabajando en leucemia hace muchos años, mi doctorado lo realicé en el Institut Pasteur y luego tuve la suerte de hacer un posdoctorado en el exterior. Este proyecto surge un poco como la continuación de ese proyecto de posdoctorado que arrancó en Estados Unidos», relató Palacios.

«Tratamos de trabajar en nuevas terapias para la Leucemia Linfoide Crónica (LLC), que es la más común en países occidentales. Tiene una incidencia de entre cinco a seis individuos por cada 100.000 habitantes por año, eso implica para Uruguay que hay entre 120 a 150 nuevos casos por año», agregó.

Palacios señaló que «una de las características que tiene esta enfermedad es que tiene un curso clínico bastante variable e impredecible». «Eso quiere decir que no todos los pacientes se comportan de la misma manera, hay grupos de pacientes que se les llaman indolentes, que nunca reciben tratamiento, y otro grupo comienza con una enfermedad indolentes, pero por alguna razón, que hasta el día de hoy desconocemos, progresan y requieren tratamiento. Esa ha sido una de las grandes preguntas que nuestro laboratorio ha tratado de responder, cuáles son los motivos o moléculas involucradas en esa progresión de la enfermedad», comentó.

«Hay tratamientos de quimio e inmunoterapia, y nuevos tratamientos puntuales, dirigidos a proteínas más particulares, han servido para gran parte de los pacientes, pero siguen teniendo aspectos negativos en el sentido que la mayoría de esos pacientes tiene remisiones parciales, no se curan. Los tratamientos son muy largos, eso puede generarles efectos tóxicos y a veces hay que sacarles ese tratamiento, lo que lleva a una recaída del paciente. Por todo eso es que la LLC sigue siendo una enfermedad incurable, a pesar de estos nuevos tratamientos», añadió.

La investigadora señaló que están «pensando en la posibilidad de nuevas terapias para estos pacientes». «Esta enfermedad es de la sangre, donde se acumulan un tipo de células, que se llaman linfocitos B y se acumulan en sangre, ganglios, medula ósea o el bazo. La peculiaridad que tienen es que hay alteraciones genéticas que impiden que estas células se terminen muriendo, entonces se acumulan en el correr del tiempo, ya que es una enfermedad crónica, y eso puede generar los síntomas al paciente. Estos síntomas son cansancio, ganglios inflamados, fiebre, entre otros», explicó.

Palacios contó que «estas células se acumulan y hay una pequeña fracción de células que son capaces de dvidirse en los ganglios y migrar a la sangre». Además, sostuvo que «es importante estudiar estas células que se dividen mucho, porque el aumento de este grupo de células se correlaciona a un mal pronóstico». «Es decir, que si tenemos mucha fracción proliferante a los pacientes les va peor. La otra razón es que hay proteínas mutagénicas que hemos visto que se sintetizan en este grupo de células, que pueden mutar el ADN y eso explicaría una progresión de la enfermedad», aseguró.

En ese sentido, la investigadora sostuvo que «el proyecto trata de entender si efectivamente Musashi2 podría ser un blanco terapéutico» y también buscan «tratar de entender qué rol cumpliría en estas células que se dividen más y qué está haciendo para que las células se dividan más». «En modelos de ratón trataremos de ver si efectivivamente manipular los niveles de Musashi puede reducir el tumor», señaló.

Además, en este proyecto se estudiará «el efecto del fármaco inhibidor de Musashi2 solo o en combinación con otras drogas ya existentes en el mercado para la LLC y así confirmar a la proteína como blanco terapéutico y/o mejorar las terapias existentes».

«Está claro que algunos inhibidores han sido buenos para algunos pacientes, pero queremos saber si en combinación, quizás con otras drogas, el efecto es aún más potente que la monoterapia», expresó.

Por último, Palacios aclaró que «no todas las drogas actúan sobre el mismo grupo de células». «En principio pensamos que este inhibidor de Musashi2 afecta a las células que se dividen más rápido, que es donde hemos visto que hay más de esta proteína. La combinación de varias drogas podría ser un efecto más potente para poder eliminar el tumor», concluyó.

Fuente: Montevideo Portal