A más de 30 años de la aprobación de la Convención, celebramos los logros alcanzados y recordamos que aún queda mucho por hacer para que cada niño ejerza cada uno de sus derechos y que nadie se quede atrás.

En 1989, los líderes mundiales dieron un paso histórico en el compromiso con la infancia al aprobar la Convención sobre los Derechos del Niño, un acuerdo internacional que consagra los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes.

Los derechos son universales, es decir que aplican a todos los niños, niñas y adolescentes del mundo, independientemente de su origen nacional, étnico o social, género, religión, posición económica o condición física.

Cada niño y niña tiene derecho a ser cuidado por una familia; ser protegido contra las enfermedades y la violencia; a jugar y participar en actividades recreativas y culturales; a recibir una educación de calidad; a opinar libremente y ser escuchado; y ejercer todos sus derechos.

La Convención sobre los Derechos del Niño

La Convención determina que la infancia es una etapa especial, que dura hasta los 18 años y que debe protegerse para que los niños crezcan sanos, aprendan y prosperen. Tiene 54 artículos que reconocen al niño como sujeto de derechos y establecen las responsabilidades del Estado y la sociedad para que todos ellos vivan seguros, protegidos y desarrollen al máximo sus aptitudes físicas y mentales.

Fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Desde ese momento, ha sido adoptada por más de 190 países, incluyendo a Uruguay.

Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para alcanzar el cumplimiento cabal de todos los derechos para todos los niños. Hoy en día, muchos niños no pueden disfrutar de su infancia a causa de los conflictos y la violencia. Los nuevos desafíos a nivel global y local demandan distintas estrategias para asegurar a todos los niños una infancia libre de violencia, de discriminación y abusos en línea, así como alimentación saludable y educación de calidad.

A más de 30 Años de la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, nos convocamos para celebrar los logros alcanzados en la consecución de los derechos de la infancia y la adolescencia, pero fundamentalmente para que todos los niños y las niñas, por igual, ejerzan y disfruten de esos derechos y nadie se quede atrás.

Para cumplir con los compromisos contraídos hace más de 30 años, es necesario que todos los gobiernos y todos los ciudadanos promuevan los derechos y todos los niños puedan reclamarlos.