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El arte de cuidar: mantener las plantas de interior en invierno

Las plantas de interior requieren de un cuidado especial, pues los cambios de temperatura, la exposición a la calefacción o la humedad pueden ser factores que desfavorezcan su buen desarrollo. Para saber cómo mantenerlas de la mejor manera, galería conversó con cuatro emprendedores uruguayos especializados en el tema sobre los consejos para cuidarlas en esta época invernal.

Combatir el estrés, disminuir la ansiedad y crear un ambiente relajante y natural son solo algunos de los efectos que tienen las plantas en el ser humano y en su entorno. Más allá de los beneficios múltiples que ofrecen, en los últimos años se han consolidado como un objeto de diseño y decoración esencial para completar un rincón de la casa y darle vida.

Orquídea phalaenopsis

Su delicadeza y la coloración de sus flores son algunas de las características de la Orquídea phalaenopsis, una planta de origen asiático ideal para el interior dado que no resiste las bajas temperaturas.

Su floración se produce una vez al año, entre agosto y diciembre, y dura de entre 30 y 90 días. Para que esto ocurra y para que la orquídea se mantenga en las mejores condiciones durante el invierno es imprescindible cumplir con diferentes pasos.

«Es importante que permanezca en el interior y en un lugar muy luminoso, pero sin sol directo. Se puede colocar lo más próximo a una ventana siempre que no reciba los rayos», explica Juan Arbiza, que junto con Fernando da Silva llevan adelante la tienda Brote, especializada en plantas exóticas.

Al ser una planta epífita (que crece sobre otro vegetal u objeto, usándolo como soporte), no es necesario colocarle tierra u otras materias orgánicas. Su riego en invierno, dependiendo de si hay o no calefacción, se realiza cada 20 días, mientras que en verano se efectúa con una frecuencia de una vez por semana. «El riego que recomendamos es por inmersión o debajo de la canilla con abundante agua y luego dejar que escurra», explica Fernando.

Para saber si la planta requiere ser regada, Juan explica que es necesario observarla: si sus raíces están hidratadas, tendrán una coloración verde, mientras que, si el color que prevalece es blanquecino, es necesario volver a regar. «Si el clima es muy seco en la casa, es importante vaporizar únicamente las hojas de la planta para que esta mantenga la humedad, pero es muy importante que el clima sea seco porque si la planta mantiene mucha humedad en la base, donde nacen las hojas, estas se pudren, se caen y es muy difícil que vuelvan a brotar».

En cuanto a la maceta en la que se deben colocar las orquídeas, Juan reconoce que la maceta transparente es ideal para permitirle a la planta hacer fotosíntesis en las raíces. No obstante, en un recipiente oscuro la orquídea puede vivir sin problema.

Ficus lyrata

También conocido como Ficus pandurata, es una planta de origen africano. «En su hábitat natural está en el exterior, y al ser un árbol puede llegar a crecer entre cinco a 10 metros de alto. En interiores, en cambio, crece un máximo de dos metros», explican Mariana Tangreda y Gabriela de Paula, directoras de Garden Pot.

Esta planta, que es tendencia, lleva su nombre porque la forma de su hoja simula la silueta del instrumento musical lira y es ideal para decorar cualquier rincón del hogar, siempre que sea un espacio iluminado. «Se puede colocar, por ejemplo, cerca de una ventana, pero sin sol directo para que no se quemen sus hojas. No le gustan las corrientes de aire y el riego debe realizarse con agua no muy fría y aproximadamente cada 15 días», explica Gabriela, quien además recomienda tocar la tierra para evaluar si es necesario el riego o no y revisar que esté seco el centro donde están las raíces.

Para favorecer su crecimiento Mariana recomienda agregar sustratos, que son los que le brindan los nutrientes necesarios para que la planta se alimente y, particularmente en invierno, alejarla de las fuentes de calor como la estufa o la calefacción, pues eso seca las hojas y comienzan a curvarse. «En las casas con losa radiante, es ideal colocarlas en un soporte para separarlas del suelo y en macetas que tengan drenaje para que el agua no se acumule y pudra las raíces», agrega.

Suculentas

«Todos los cactus son suculentas, pero no todas las suculentas son cactus», explica Tamara Artigas, creadora de Patio. Esta gran familia de plantas tiene su origen en África y se diferencia de los cactus, que son originarias de América, por tener la capacidad de almacenar agua en sus hojas, tallos y raíces, lo que permite conservar mayor humedad por más tiempo y espaciar la frecuencia del riego.

En lo que respecta a los cuidados de las suculentas durante el invierno, Tamara hace especial énfasis en el riego. «Como todas las plantas la frecuencia depende del ambiente en el que esté, si es muy seco, el sustrato se va a secar enseguida y va a necesitar agua con más frecuencia. Como regla general, las suculentas en verano se riegan una vez a la semana y a medida que llega el otoño e invierno se va espaciando y se riegan una vez cada 15 días», explica. «En el caso de los cactus, se riegan menos también en verano, una vez cada dos semanas. Luego, desde fines de mayo hasta principio de setiembre, entran en una fase de reposo en la que el agua no es necesaria».

Si existen dudas sobre si es conveniente regar o no, Tamara recomienda no hacerlo, pues ante el exceso de agua las suculentas no se recuperan. Una forma práctica de saber si es necesario hidratarlas es pinchar con un palito la tierra y, solo si sale limpio, regar. «La cantidad de agua es sin miedo, hasta que salga el exceso por el drenaje», agrega.

A diferencia del verano, cuando se recomienda exponer las suculentas al sol directo solo durante las primeras horas de la mañana, para evitar que se quemen sus hojas, en el invierno lo ideal es dejarlas el mayor tiempo posible. «Si no reciben luz, las suculentas se etiolan, es decir que se alargan, como estirándose para buscar el sol, lo que produce tallos más débiles y ausencia de los colores característicos», comenta la experta.

Crotus

Una paleta de colores que va desde los rojizos a los amarillos y verdes caracteriza al crotus, también denominado crotón, una especie proveniente de Malasia.

Ideal para interiores por adaptarse al clima cálido, esta planta tiene un cuidado y mantenimiento simple. «Necesita bastante luz indirecta, lo que ayuda a que mantenga el color rojizo de las hojas, siempre cuidando la cercanía con el vidrio, que multiplica la temperatura que provoca el sol (y no es recomendable)», explica Celia Firpo, directora de la tienda de flores y plantas que lleva su nombre.

Sobre la frecuencia con que debe regar esta especie, Celia recomienda hacerlo cada 10 o 15 días. «Es una planta a la que no le gusta la humedad, como al helecho; el crotus necesita tener la tierra bastante seca», explica, a la vez que destaca la importancia de colocarla en una maceta con un buen drenaje para evitar que quede agua acumulada.

Asimismo, recomienda pulverizar las hojas con agua tibia para mantenerla libre de polvo, y aclara que no es recomendable lustrarlas con productos para darle brillo porque eso tapa sus poros.

Dado que el crecimiento de esta planta es más dinámico comparado con el resto, Celia recomienda fertilizarla con algún producto líquido para favorecer su desarrollo. En verano la fertilización se debe realizar cada 15 días mientras que en invierno basta con hacerlo cada dos meses.

Fuente: Montevideo Portal