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Dos hermanos de seis y nueve años viajan más de 20 km todos los días para poder ir a la escuela en Durazno

Para dos hermanos que viven en Punta de Mariscala, localidad rural de Durazno, ir a la escuela no solo implica armar la mochila, juntar los útiles y ponerse la túnica y la moña, sino también recorrer 23 kilómetros en moto por un camino que la lluvia muchas veces vuelve intransitable. Van a la escuela en el turno de la mañana: en general los lleva su padre y los va a buscar su madre. La familia tiene una sola moto.

Magela Rinaldi, diputada del Frente Amplio, explicó a El País que tomó conocimiento de la situación a través de dos vías: la Junta Departamental de Durazno, dado que un edil expresó su preocupación acerca del tema, y por la propia familia, que se comunicó con un candidato a concejal de Ciudad del Carmen, que a su vez se puso en contacto con ella.

Tal y como informara en una primera instancia el medio local TodoCampo, el 3 de junio de 2025 se presentó una exposición de motivos en la Cámara de Diputados para informar a las autoridades del Codicen sobre la situación de la familia, en la que Rinaldi detalla que los padres de los niños se instalaron en Punta de Mariscala por motivos laborales en febrero de este año. La escuela N°58 – Tala de Mariscala es la que queda más cerca de la casa familiar, pero se encuentra actualmente cerrada. Debido a esto a los hermanos se les indicó que debían asistir a otro centro educativo, ubicado a más de 20 kilómetros de su casa.

«Son problemas que la escuela rural afronta, impactan sobre el aprendizaje de los niños y las niñas. Las condiciones climáticas afectan, las distancias también, y los tiempos en ir y volver», explicó Rinaldi a El País.

La diputada se comunicó con la inspección de Primaria de Durazno, desde donde le explicaron que se inició un trámite para evaluar la reapertura de la escuela. El primer paso del proceso fue una evaluación por parte de un arquitecta, que encontró que la escuela presentaba un deterioro edilicio considerable debido a la cantidad de tiempo que estuvo cerrada.

«El monto de la obra sería de seis millones de pesos, que la verdad es un monto elevado. Si llegara a estar el visto bueno de Primaria hay una licitación, para una empresa, y luego recién ahí se da comienzo a la obra», relató. Pero se tratan de procesos largos, que pueden durar meses: lo que preocupa ahora es la solución que se le pueda dar a la familia mientras tanto.

«Son casos que van a pasar, porque además es propio de la cuestión rural. Las familias a veces tienen movimientos porque van buscando mejores condiciones laborales. Puede ser un transporte de Primaria que los lleve y los traiga, no sé. Es importante dar igualdad de oportunidades a los niños y niñas del interior profundo», agregó.

Fuente: El País