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Beber agua en botella duplicaría microplástico ingerido

Todos los días ingerimos pequeñas piezas de plástico, a menudo microscópicas —”microplásticos”— con nuestros alimentos, bebidas y con el aire que respiramos.

Según informa la publicación, los estadounidenses comen, beben y respiran entre 74.000 y 121.000 partículas microplásticas cada año, según la edad y el sexo, según sugiere una investigación reciente.

Los que beben exclusivamente agua embotellada en lugar de agua del grifo pueden agregar hasta 90.000 partículas de plástico a su total anual estimado, según el estudio publicado este miércoles en la revista Environmental Science & Technology.

No se conoce el impacto total en nuestra salud. La investigación muestra que algunas partículas son lo suficientemente pequeñas para entrar en nuestros tejidos, donde pueden desencadenar una reacción inmunológica o liberar sustancias tóxicas y contaminantes absorbidos por el medio ambiente, incluidos los metales pesados.

¿Cómo entran los microplásticos en nuestros alimentos y bebidas?

No solo los animales ingieren pequeñas partículas de plástico en sus ambientes, sino que los microplásticos contaminan nuestros alimentos durante la producción y el empaque, según sugieren estudios anteriores.

Para controlar los niveles de ingestión individual, los investigadores revisaron 26 estudios previos que analizaron el consumo de partículas microplásticas en ocho categorías: aire, alcohol, agua embotellada, miel, mariscos, sal, azúcar y agua del grifo. Otros alimentos, incluyendo carnes y verduras, no se incluyeron en su análisis por falta de datos.

A continuación, los investigadores estimaron el consumo promedio en estas ocho categorías basándose, en parte, en los informes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y en las Pautas Dietéticas 2015-2020 para los Estadounidenses. Las tasas de inhalación de pequeñas partículas de plástico se calcularon utilizando datos de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.

Según el estudio, la ingesta total anual y la inhalación de microplásticos alcanzaron aproximadamente 81.000 partículas para los niños, 121.000 para los hombres, 74.000 para las niñas y 98.000 para las mujeres.

Ya sea que bebas agua del grifo o embotellada, esa decisión será clave para la ingesta anual de microplásticos: si la única fuente de agua es embotellada, los investigadores estimaron que la ingesta anual de partículas a través del agua potable es aproximadamente 75.000 para los niños, 127.000 para los hombres, 64.000 para las niñas y 93.000 para las mujeres.

Para quienes solo consumen agua del grifo, la ingesta de microplásticos adicional para los niños es de 3.000 partículas, 6.000 para los hombres, 3.000 para las niñas y 4.000 para las mujeres.

“Nuestras estimaciones del consumo estadounidense de microplásticos son probablemente subestimaciones drásticas en general”, concluyeron los autores del estudio.

Se necesita más investigación de “nanoplásticos”.

El profesor Richard Lampitt, líder del equipo de investigación de microplásticos en el Centro Nacional de Oceanografía en Reino Unido, dijo a Science Media Center que “el documento es una evaluación cuidadosa de los datos que se han publicado hasta la fecha” y que “las conclusiones son sólidas”. Sin embargo, Lampitt, que no participó en la investigación, criticó la falta de definición de “microplásticos” en el estudio.

“El tamaño de las partículas solo se menciona de pasada… y sin embargo, esto tiene un efecto masivo en los datos presentados y en las conclusiones alcanzadas”, dijo. Muchos de los estudios en los que se basa la base de datos del estudio no han podido detectar partículas que algunos consideran “nanoplásticos, y fuera de este estudio actual”.

Alastair Grant, profesor de ecología en la Universidad de East Anglia en Reino Unido, también criticó el alcance del estudio. Grant, que no participó en la investigación, dijo a Science Media Center: “No se presenta evidencia de que estas tasas de consumo sean un peligro significativo para la salud humana”.

También dijo que “la cifra para la inhalación… no tiene en cuenta los sistemas que nuestro cuerpo tiene para eliminar las partículas del aire que respiramos”.

Stephanie Wright, investigadora asociada del Departamento de Ciencias Ambientales y Analíticas del King’s College de Londres, dijo al Science Media Center que los investigadores sintetizaron información de estudios existentes sobre el consumo de partículas plásticas y simplemente “reiteraron” lo que ya se conoce.

“Algunos de los estudios incluidos deben interpretarse con precaución, especialmente aquellos que solo se basan en medios visuales para identificar microplásticos”, dijo Wright, quien no participó en la investigación. “Estas estimaciones actuales sugieren que la exposición a los microplásticos es relativamente baja” y se necesita más investigación para cuantificar las exposiciones individuales a “microplásticos más pequeños, por ejemplo en el aire”.

En última instancia, el impacto en nuestra salud sigue siendo “desconocido”, agregó. “Es difícil interpretar los hallazgos actuales más allá del hecho de que consumimos microplásticos”.

Fuente: CNN.