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#Historia: 19 de Abril de 1825, Desembarco de los Treinta y Tres Orientales

Todo comenzó un 19 de abril de hace 198 años en la playa de La Agraciada, sobre la costa del Río Uruguay. La Cruzada Libertadora de 1825 de “Los 33 Orientales”, siguiendo con el legado “Artiguista”, integró en sus filas a criollos, mestizos y afrodescendientes al igual que a hacendados, comerciantes y gauchos de nuestra campaña por un mismo ideal: la libertad de la Patria.

En 1825 la Provincia Oriental se encontraba bajo el dominio del Imperio del Brasil, siendo parte del mismo con el nombre de “Estado Cisplatino”. El emperador de Brasil Don Pedro l era el soberano del territorio Oriental. En Montevideo había sectores del patriciado afines a la política imperial y al representante del Imperio.

El capitán general del Estado Cisplatino, el entonces vizconde de la Laguna, era el teniente general Carlos Federico Lecór, antiguo oficial y barón del Reino de Portugal que Don Pedro l premió como vizconde y caballero de la Orden Cruceiro do Sul. De sus seguidores muchos obtuvieron títulos nobiliarios como por ejemplo García de Zúñiga (barón de la Calera).

La campaña oriental era contraria totalmente a la ocupación primero de los portugueses y luego de los brasileños o ‘imperiales’, como los llamaban. Los habitantes de los pueblos de la campaña no habían olvidado los ideales republicanos del Artiguismo y de la libertad de la Provincia Oriental.

En ese contexto, se preparó un levantamiento general en secreto acaudillado por el coronel Juan Antonio Lavalleja, antiguo oficial absolutamente leal a la figura del ‘general en jefe Don José Artigas’, exiliado en Paraguay desde 1820.

Era una misión extremadamente arriesgada que requería de un gran valor y amor a la Patria, como era enfrentar a la mayor potencia militar de América Latina, con el mayor ejército y la mayor marina de guerra, solo apenas inferior a los Estados Unidos de aquella época.

Ningún estado hispanoamericano se le comparaba, ni tan siquiera la ‘Gran Colombia’ (integrada por los actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá) presidida por el libertador general Simón Bolívar, el cual hablaba del peligro para las nuevas repúblicas sudamericanas del Imperio del Brasil, aliado de la ‘Santa Alianza’ integrada por los mayores imperios de Europa.

Lavalleja y un pequeño grupo de patriotas organizaron una expedición en Buenos Aires para llegar a la Provincia Oriental y provocar un levantamiento general en la campaña, que estaba muy en contra del poder imperial y sus persecuciones políticas, así como de los daños a la ganadería en beneficio de hacendados riograndenses.

Juan Spikerman, cronista de la ‘Cruzada Libertadora’ y uno de los ‘33 Orientales’, escribió en sus ‘Memorias’ el desarrollo de los hechos:

‘El día 1° de Abril de 1825, nos embarcamos a las doce de la noche, en la costa de San Isidro ,en un lanchón, los nueve primeros individuos de la expedición, desembarcando y acampando en una isla formada por un ramal del Paraná, llamado del Brazo Largo…

Permanecimos en la isla hasta el 18 de Abril. En aquella fecha nos embarcamos en los dos lanchones y navegamos durante la noche, hasta ponernos a la vista de la costa Oriental”. Con mucho riego se produjo porque tuvieron que evitar, a las naves de guerra de la Marina Imperial que patrullaba el Río Uruguay’.

Hubo un momento de mucho peligro cuando dice Spikerman: ‘nos encontramos entre dos buques enemigos, uno a babor y otro a estribor, veíamos sus faroles a muy poca distancia. Remando sin parar y con extrema precaución lograron llegar a la costa Oriental’.

Dice Spikerman: ‘El 19 de abril, a las 11 de la noche desembarcamos en el Arenal Grande, costa del Uruguay. En ese momento no pudimos menos que besar el suelo de la Patria’. Después escribe: ‘nuestro Jefe Lavalleja tomó la Bandera y dirigió una proclama llena de fuego y patriotismo a la que contestamos con el mismo valor, jurando llevar nuestra empresa de Libertad o Muerte’.

Pasando las horas los caballos no llegaban, que eran fundamentales para el éxito de la cruzada, sus vidas dependían de ellos. Lavalleja decía ‘si Gómez no llegó, Cheveste llegará’, y el baqueano Andrés Avelino Cheveste, luego de escapar de la caballería imperial durante muchos días, llevó los caballos y salvó el destino de la Cruzada Libertadora.

Años después, cuando el Estado Oriental del Uruguay era una nueva nación soberana, por orden del gobernador y capitán general del Estado, brigadier general Juan Antonio Lavalleja, se ordenó al entonces coronel Manuel Oribe confeccionar la ‘Lista oficial de los 33 Orientales’ de 1825, la cual fue certificada por el general Lavalleja el 28 de Julio de 1830.

Fuente: Web de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria